Jacarandas: Azul Frida

marzo 30th, 2009 by Jesus Lau

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Fotos disponibles en:  www.jesuslau.com.mx

Es primavera en la Ciudad de México, es tiempo de jacarandas, de esos árboles espigados y altos que se desnudan en el invierno para vestirse de flores color violeta azulado, justo cuando comienza la estación de la renovación vegetal.  Las jacarandas abundan en el sur de la ciudad, desde el avión se mira como sobresalen por su color en los camellones y banquetas citadinas.  Caminé por Ciudad Universitaria de la UNAM, donde también jaspea el lila tierno en sus amplias áreas verdes.  Desde el piso 11 de la Segunda Torre de Humanidades, donde se ubica la biblioteca del CUIB se puede admirar una gran panorámica del este y el oeste, donde las Jacarandas son reinas visuales de las áreas verdes.

Motivos. Vine el sábado en visita obligada al Distrito Federal, es decir por motivos profesionales, no de recreo, para trabajar en la sede de la AMBAC, en el programa del congreso de AMBAC, que este año será durante el mes de mayo y en Acapulco.  El domingo, trabajé en la habitación del hotel hasta pasado el medio día, para luego comer tarde una sopa de pollo e irme a visitar la casa de Diego Rivera y Frida Kahlo en Coyoacán, ex – pueblo, ahora barrio del sur de la ciudad.  El día estaba cálido y soleado, por lo tanto fue agradable caminar desde Paseo de la Reforma y la calle Donato Guerra, tomando esta última, para llegar a la estación Juárez del metro.  El recorrido es interesante, la belleza y elegancia cosmopolita de Reforma disminuye rápidamente conforme se aleja uno, donde parecen estar todos los negocios de distribución de revistas populares, los llamados cuentos de monitos, y las del corazón; las cuales parecen ser desempacadas de grandes bultos, para hacer pequeños bultos para los expendios.  Los lugares de distribución están en estacionamientos y bodegas.  Los edificios, por otro lado, fueron quizá de renombre en sus tiempos, por sus nombres en francés y sus fachadas de vetusta belleza arquitectónica.  Dos calles antes de llegar al metro hay un ghetto de drogadictos, la mayoría de aspecto joven, tomando su dosis de enervantes, durmiendo o simplemente mirando en forma perdida el espacio.  Parecen estar en forma permanente todos los días en la misma esquina, he pasado ya tres veces en los últimos meses y la imagen de degradación social es similar.

Casa Azul – Frida Khalo y Diego Rivera. Tomé el metro, que luce un poco desgastado en sus pisos, aunque limpio.  Me bajé en la estación Coyoacán, y luego tomé un taxi a la calle Londres donde esta la famosa casa de este par de pintores, ubicada en una enorme esquina.  Su fachada es sencilla, sin gran pretensión arquitectónica.  Su entrada es la de un zaguán normal de las casas del siglo pasado que dan entrada a un patio y jardín.  Empieza el recorrido al lado izquierdo y pasa uno por sus recámaras, cocina y el atelier que tiene la mejor vista del jardín.  La casa esta adornada con artesanía y arte mexicano, con múltiples piezas prehispánicas, que abundan en las paredes y en el jardín.  Su nombre es Casa Azul, un tono de color añil, casi como del color de las jacarandas, que por cierto habitan también en su jardín y en el exterior.  Hay pocas pinturas de Frida y menos de Diego Rivera, los atractivos principales son la ambientación de la casa donde pasaron décadas de su vida, llena de altibajos en amores y su lucha izquierdista, creyentes del socialismo ruso y del comunismo chino.

Plaza de Coyoacán. Después, visité el centro de Coyoacán, donde está su catedral y su plazuela repleta de vendedores, que parece un tianguis.  No pude menos que comprar artesanía para regalar en viajes internacionales: deshilados, pequeñas muñecas y monederos de piel con motivos aztecas.  Llegué a una librería de El Sótano, que es grande y en instalaciones que parecen improvisadas, porque ocupa la casa, el patio, y el jardín.  Me compre un elote tierno asado con chile, sal y limón, porque tenía hambre y luego unas callejeras tortillas, tostadas de harina con nata, esta última ausente, quizá tendrían leche pero nada de esa mantequilla que brota en la leche entera, cuando se hierve.  Me regresé al hotel en taxi, ya cuando la noche había entrado.

UNAM – CUIB. El lunes hice la visita para tener una reunión sobre el reglamento de AMBAC en el CUIB, terminando tarde, luego comer cerca y regresar en la tarde al aeropuerto con la maleta más llena por las artesanías compradas y dos cuadros pequeños de pinturas surrealistas que merqué en la plaza de Coyoacán.  Regresé con el sabor de la primavera de la Ciudad de México, con ese color verde tierno, salpicado de colores, como el de las jacarandas que parece dominar la vista, e imaginándome que Frida y Diego le pusieron Azul a casa por este color, porque es casi añil, como azul violeta, para aquellos que no les tocó ver como se le daba el último enjuague a la ropa blanca, para que resaltara más su color.